El plan es ir al norte, llegar a Canadá, y Mendoza nos desvía para el sur pero es la única ciudad en la que podemos hacer unos trámites pendientes. Esto nos demora un poco más de lo pensado, pero igualmente aprovechamos para conocer, y darnos a conocer.
Apenas llegamos nos recibe Guadalupe, una amiga de Guille que nos hospeda en su casa y nos hace de guía turística por su ciudad. El primer día arrancamos con todo; 20 kilómetros a pie recorriendo la universidad de cuyo, el parque San Martín, el centro y sus plazas equidistantes a la central, almorzando en Filomena y volviendo fundidos por la noche.
Mendoza es la capital del vino, y se puede descubrir en cada esquina. Si no es una bodega, es un tour a las bodegas, o visitas guiadas hasta incluso visitas gratis caminando a aprender de cata y degustación de vinos. Por ejemplo, Bodega López, a 1 hora en colectivo desde Mendoza, tiene una visita guiada por la bodega y hasta muestras de las plantaciones. Se hace todo el recorrido por la fábrica y al final ofrecen una degustación y la posibilidad de comprar a mejor precio que en un local comercial. Tuvimos la suerte de Justo ver un camión que llegaba a la fábrica cargado de uvas y las estaba descargando en las tolvas para empezar el proceso.
Entre la amplia variedad de actividades que ofrece Mendoza, una de ellas es conocer el cerro Aconcagua, el pico más alto de América, y el segundo después del Himalaya. Para aquellos que no somos andinistas, existe la posibilidad de ir por nuestra cuenta hasta Confluencia (3450 msnm), la base para hacer cumbre (6962 msnm). El trayecto dura en total aproximadamente 6horas, dependiendo del ritmo que uno camine. Para llegar al Parque tomamos un colectivo desde la terminal de Mendoza a la madrugada que nos dejó a las 10 en la base del cerro. El sendero está bien señalizado y el clima nos ayudó bastante. Hay que llevar bastante agua y el almuerzo. Por alguna razón se nos hincharon las manos al punto de no poder cerrar el puño. No sabemos si es por la altura o por estar con las manos para abajo tanto tiempo. Para la vuelta caminamos unos 3 kilómetros por la ruta hasta el puente del inca en donde nos tomaríamos el bus de regreso a Mendoza capital.
El puente del inca es un monumento natural creado por la erosión del Río creando formaciones de colores amarillas y anaranjadas con aguas termales con propiedades curativas, supuestamente.
De regreso en Mendoza pudimos dar un recorrido por el cerro La Gloria, en donde queda plasmada el cruce de Los Andes de San Martín.
Los trámites que estábamos haciendo tardaban unos cuantos días, por lo que decidimos ir todavía más al sur. Así fue que emprendimos camino hacia San Rafael donde nos esperaba Aldana para hospedarnos y llevarnos a conocer el dique de Los Reyunos donde pudimos hacer un asado y nadar en sus aguas transparentes.
De San Rafael nos fuimos para el Nihuil en donde nos encontramos con nuestro primer frío del viaje. Hacía dos días había nevado, pero cuando llegamos hacían 10 grados; en carpa en el camping municipal en un pueblo que parecía no tener poblado. Parecía que estaba preparado para albergar muchos turistas en sus playas en temporada alta, pero no era en la que nosotros llegábamos. Conseguimos un lindo refugio en la playa y un supermercado para hacernos el mejor guiso de lentejas picante para combatir el frío.
Después de 2 días de tranquilidad nos fuimos para Malargüe junto con una pareja que iba a hacer una cabalgata por la montaña. Lo curioso era que su equipo parecía nuevo e insuficiente después de haber pasado la noche en el Nihuil con nuestro equipo. Habíamos pedido que nos lleven hasta el sosneado para probar los famosos sándwich de jamón crudo, pero todavía estaba cerrado el local así que seguimos hasta Malargüe, en donde estuvimos otros días en un camping con todas las comodidades que podía tener. Comimos el sándwich de milanesa más grande del mundo (entraba Justo en una caja de pizza grande) y conocimos los rayos cósmicos, fluorescentes y de superficie, aunque no su utilidad.
A la mañana siguiente nos dispusimos sobre la banquina de la ruta 40 para intentar volver a Mendoza. Después de 2 horas de no tener suerte empezamos a jugar y digo “me gustaría que pase un circo por la ruta, a baja velocidad para que nos divierta un ratito”. Dicho y hecho, a los 10 minutos pasa una camioneta con 3 chicos estudiantes de circo que nos alcanzan DIRECTO A MENDOZA. Cruzamos por la ruta 40 de ripio, cosa que no esperábamos hacer con un auto o con un camión, y en Tunuyan paramos a hacer un pollo al disco a la Vera de la ruta espectacular.
Cambio de planes, nos quedamos en Tunuyan, en el Valle de Uco, para ir a Manzano Histórico , pueblo al que San Martín llegó luego de cruzar Los Andes y en el que trajo de recuerdo un retoño de Manzano (y ahora se muestra un nieto de ese retoño en la plaza del pueblo). Lindo pueblo, lindo camping, linda caminata hasta el chorro de la vieja (cascada de 25mts de altura) pero los domingos se llena de gente y es imposible caminar por entre la gente y el humo de sus parrillas. Es decir: hermoso de lunes a viernes.
Ahora si, el GPS dice Canadá y nuestro rumbo volvió a ser el norte.
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